viernes, 1 de julio de 2011

La Industria Cultural - La Publicidad

En la sociedad actual, la publicidad se ha convertido en un arte por excelencia, algo que Goebbels más de medio siglo atrás ya había notado. Eso es el arte por el arte, la publicidad por sí misma. Pues si bien es cierto, que la publicidad no es obligatoriamente necesaria para promocionar los productos. El no hacerlo, ahora solo representa un desprestigio para la marca, y el no estar igual con sus competidores.

Antes la publicidad servía para guiar al consumidor, ahora el que no tenga acceso a ella es porque no tienes los suficientes recursos económicos para pagarla, por lo tanto todo lo que no lleve la una marca publicitaria se convierte en algo poco confiable.

Ahora las películas son la publicidad de la vendrá después, no hay parte o lado de una actriz que no haya marcado publicitariamente. Por lo tanto, técnica y económicamente, la publicidad y la industria cultural se funde mutuamente. La repetición mecánica del mismo producto cultural es ya una repetición de lo mismo con motivo propagandístico.

Todo esto con el fin de subyugar al cliente manipular al hombre. Ya hecho esto, el cliente mismo contribuye a la promoción publicitaria.

El uso del lenguaje también viene a ser clave, ya que las señales, aplicadas en nuestro mundo pueden llegar a ser muy influyentes, por ejemplo si los alemanes usan la palabra intolerable en los altavoces, al día siguiente todo el pueblo usaría esa palabra. Aquí también entra la radio juega un papel fundamental, pues el lenguaje que se habla en la radio quedara impregnado en los oyentes, de manera que ningún otro grupo ha podido llegar.

Actualmente la industria cultural maneja la democracia de las fronteras o de los empresarios. Todos son libres para bailar y cantar al igual que todos tiene la libertad de escoge un secta religiosa. Pero siempre las elecciones son reflejadas en la posición económica.

Todas las actitudes que tenga, por ejemplo, una muchacha al hablar por teléfono, será para adaptarse, y convertirse exitosamente en el modelo que ofrece la industria cultural.
Esto es el triunfo de la publicidad sobre la industria cultural, es una asimilación forzada de los consumidores a las mercancías culturales.